9 de marzo de 2015

Todos los días son 8 de marzo

Para hablar de lo que significa el 8 de marzo, debemos remontarnos primero al origen de esta fecha. Existen varias interpretaciones de por qué conmemoramos este día a todas las mujeres trabajadoras -es decir, a todas las mujeres. A pesar de que la teoría más generalizada marca el inicio de esta celebración como conmemoración de la muerte de más de cien trabajadoras en la fábrica textil Triangle Shirtwaist (Nueva York, Marzo de 1911), varias huelgas de trabajadoras del sector textil marcaron el inicio de este Día de la Mujer. En los años posteriores, esta fecha se extendió por más lugares y otros hitos, como la demanda de pan y paz de las mujeres rusas en 1917, se añadieron a la historia de esta festividad.

Más allá de estos hechos, infinitos y continuos momentos podrían recogerse en esta reflexión sobre el papel de las mujeres en el desarrollo de la historia. Un papel que ha sido y sigue siendo OLVIDADO, IGNORADO Y MENOSPRECIADO DE MANERA SISTEMÁTICA. Un rol importante y necesario en la vida cotidiana y en la evolución de nuestras sociedades, aunque se nos haya ocultado premeditadamente. Porque muchas mujeres han sido y aún son esa sombra que está detrás de un cambio, de una derrota, al quedarse en un segundo plano porque la sociedad penaliza e impide que sean las líderes.

Hoy, según los medios oficiales, es el Día de la Mujer Trabajadora. Pero, ¿no somos todas trabajadoras? Desde las que tienen contrato hasta las que no. Desde la mujer que trabaja en casa a la que tiene un empleo remunerado. Todas, trabajamos, y muchas tenemos la doble jornada laboral: no salimos del trabajo, porque cuando llegamos a casa empezamos otro. Desde Rise Up queremos visualizar esta realidad: los trabajos de los cuidados, la limpieza, y ese largo etcétera al que llamamos "tareas" del hogar y que históricamente se ha asumido que somos nosotras, las mujeres, las que tenemos que desempeñarlo y que por tanto, nadie más debe encargarse y no debemos reclamar unas condiciones laborales dignas. "¿Por qué quieres cobrar/tener contrato/ser respetada en tu puesto de trabajo sí estás haciendo lo que tienes que hacer? Esto ha funcionado así durante siglos." Esta situación no es más que consecuencia del NINGUNEO Y DESPRECIO con el que el SISTEMA PATRIARCAL Y SUS CÓMPLICES ha tratado a todo lo producido por las mujeres. Nos han relegado a ser una mano de obra precaria en su sistema, a que la percepción social de los trabajos que realizamos tenga menos relevancia que el de los hombres. Pretenden limitar nuestra emancipación personal haciéndonos competir en un sistema laboral marcado por las dinámicas patriarcales que separan el trabajo laboral del trabajo en el hogar, OLVIDANDO QUE LO PERSONAL ES POLÍTICO. 

El cambio no reside en olvidar la existencia y necesidad de los cuidados, de lo doméstico, consiste en construir un mundo laboral EQUITATIVO y que trate y valore ambas esferas de la vida POR IGUAL. Sólo así lograremos AUTORREALIZARNOS COMO PERSONAS, todas y todos. Mientras que lo doméstico siga siendo un asunto "femenino", mientras que los hombres "ayuden" en casa y con las niñas/os, o ni siquiera lo hagan, no lograremos romper esta inercia, no lograremos crear un sistema que no nos agreda y no nos limite, que no nos relegue a un espacio social secundario, donde los puestos de responsabilidad no estén copados por hombres a pesar de que nosotras tenemos más estudios, donde no se nos obligue a trabajar en jornadas parciales, donde la brecha salarial no sólo no aumente, sino que desaparezca, y unas mayores tasas de desempleo femenino dejen de ser un elemento intrínseco al sistema.

Por eso, queremos hacer una DOBLE DENUNCIA. Denunciamos las condiciones cada vez más precarias del trabajo, de un mundo laboral de estrés, de horas y horas trabajando, de inseguridad y de competitividad que nos impone y al que nos somete este sistema patriarcal-capitalista en el que estamos inmersas. Por otro lado, denunciamos la desigualdad entre el mundo de lo doméstico y lo público, tanto en la percepción social, como en la diferencia de las condiciones laborales.

No queremos ensanchar un mercado de trabajo dominado por el “sálvese quien pueda”, por el egoísmo, por el sometimiento. Queremos un trabajo que dignifique a las personas, sin discriminar según su sexo y que cada una o uno de nosotros tenga la capacidad de desarrollarse como persona, sin las limitaciones por prejuicios sociales que existen. Puede haber ingenieras, astronautas y chefs, y puede haber profesores, enfermeros y limpiadores.




Unidas contra el patriarcado,

Colectivo Rise Up

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