27 de febrero de 2011

Consensos del movimiento estudiantil en febrero de 2010

REFLEXIONES DE LOS ENCIERROS

Desde 2007 llevamos viviendo otra crisis endémica del capitalismo, en la que el agotamiento de la tasa de ganancia en la economía productiva conllevó, otra vez, a la desviación de la inversión a la economía especulativa, tanto financiera como inmobiliaria. Ante esta situación los gobiernos de los diferentes países de la Unión Europea no han hecho más que reiterar las medidas inspiradas en “el fin de la historia” y “la sociedad del conocimiento”, cuyo fin último es la perpetuación de un sistema insostenible que expande las desigualdades a escala global.
En el plano educativo se está incentivando cada vez más la vinculación unívoca de la educación en general, y de la universidad en particular, al sistema productivo que criticamos. Esto se está haciendo a través del Proceso de Bolonia, entendido como un cúmulo de reformas universitarias que se están imponiendo en 46 países de dentro y fuera del a Unión Europea y que en el Estado Español se han efectuado el nombre de Ley Orgánica de Universidades, los reales decretos aprobados el año pasado y la Estrategia Universidad 2015.
Ante esta situación, las y los estudiantes que hemos luchado contra la última reforma universitaria, nos hemos reunido para tomar decisiones en positivo sobre el tipo de universidad que queremos de cara a afrontar la lucha con mayor legitimidad. Las reflexiones que presentamos aquí se basan en los consensos a los que se llegaron en los encierros estudiantiles que tuvieron lugar los días 16, 17 y 18 de Febrero de 2010 en las principales universidades públicas madrileñas.
Transformación estructural

Consideramos que la universidad no debe de estar subordinada a los dogmas capitalistas y neoliberales destinados a reproducir el status quo; sino que debe ser una institución con autonomía y vocación transformadora. Creemos que la universidad tiene que ser un espacio donde se fomente la crítica y el debate sobre el modelo productivo vigente para que pueda servir como herramienta hacia el cambio social.

Reconocemos la Universidad también como centro de formación, pero rechazamos la perspectiva utilitarista con la cual se está tendiendo a medir esa formación. Pensamos que cualquier tipo de conocimiento es beneficioso para la sociedad, independientemente de lo productivo que sea para el mercado. Además, esta formación, debe de ser de calidad; la universidad no debe formar precarios ni en el ámbito laboral ni en el cognitivo.
En lugar de una universidad subordinada al sistema productivo abogamos por una universidad donde quepan muchas concepciones de la universidad. Una universidad donde puedas capacitarte para conseguir un trabajo, donde puedas adquirir conocimientos por placer o donde puedas formarte para transformar la sociedad.
¿Cómo sería la universidad que queremos?
En la Universidad se reproducen estructuras de poder, control y autoridad que criticamos. Se deben visibilizar estos dispositivos (cámaras de vigilancia, asistencia obligatoria, ciertas formas de evaluación, trabajo exhaustivo, profesorado con excesiva autoridad), que entrañan formas de discriminación por clase, género y edad, entre otras. Por ello reivindicamos la participación activa y horizontal de toda la comunidad universitaria en todos los ámbitos de la Universidad.

“Bolonia” constriñe el conocimiento y el estudiante se acaba convirtiendo en un contenedor estéril de competencias prácticas (productivas en el mercado laboral), en una persona infantilizada, alienada y pasiva. Se tratan de formas de aprendizaje que limitan la libertad y la pluralidad del pensamiento, algo que venimos sufriendo durante todo el sistema educativo (primaria y secundaria). El resultado de ello es un estudiante individualista, solitario e impotente ante el mundo que le rodea.

La universidad es un espacio propicio para reflexionar sobre el sistema educativo, sobre la manera en la que se imparten las clases y sobre los contenidos que en ellas se dan. Sin embargo, se debe implicar a toda la sociedad en el cuestionamiento del modelo educativo que hoy existe.

Autonomía y recursos

Rechazamos la injerencia de las empresas en la toma de decisiones de la vida universitaria, que a día de hoy, se realiza a través del consejo social. Consideramos que la toma de decisiones dentro de la Universidad tiene que estar basada en la horizontalidad y la participación. Consideramos que el actual sistema de representantes y delegados es ineficiente y poco democrático.

La Universidad debe garantizar el acceso a la educación a todas las clases sociales, es decir, debe de actuar como una herramienta de redistribución de recursos. Por otro lado se deben de fomentar iniciativas que construyan el sistema educativo de abajo arriba a través de la participación y la democracia directa. Se plantea en este sentido la reafirmación de una Universidad popular y redistributiva mientras se promociona la aparición, dentro de la institución, de iniciativas autogestionarias llevadas a cabo por la comunidad universitaria. En concreto nos referimos a seminarios y otros proyectos construidos desde la base que ayuden a generar la reflexión y la crítica dentro de la institución.

Formas de evaluación y metodología en clase
¿Se trata de evaluar la aptitud y merito de los estudiantes o su potencial productividad en el mercado?
Con Bolonia se instaura un modelo de evaluación exhaustiva que no deja tiempo libre a los estudiantes y les controla dentro y fuera de clase. El modelo que se está aplicado opera a través de prácticas que la mayor parte de las veces no tienen un sentido didáctico y que restringen la creatividad del estudiante y del profesor. Se trata de la aplicación dogmática e irreflexiva de una serie de procedimientos, una forma sofisticada y difusa de autoritarismo por parte de la institución, en el que median intereses mercantiles y productivos. Esto es muy perverso para el papel que juega el estudiante, que tiene menos tiempo para socializarse y desarrollar actividades en la universidad.

Asumimos la importancia de metodologías flexibles y plurales, menos autoritarias y más participativas, en las que también se tenga en cuenta el conocimiento generado colectivamente. Cada clase y cada rama del conocimiento constituye un contexto particular, por lo que no se pueden estandarizar un modelo (sea más práctico o más teórico). Abogamos por la participación y la interacción de los estudiantes a la hora de decidir sobre el modelo de evaluación mediante el diálogo constructivo en aras de una adquisición del conocimiento en óptimas condiciones.

Se debe tener siempre en cuenta problemas dentro de las clases, pues existen relaciones de poder de clase, de género, y otras formas de discriminación, a la hora de su planificación e impartición.

Dentro de las formas de aprendizaje universitario no tienen cabida los prácticums ni las prácticas en empresa. Tener que pagar para trabajar es una forma de explotación que resulta absurda para la formación del estudiante. Las prácticas en empresa suelen estar medio improvisadas y las labores de tutoría son precarias. Quitan tiempo para aprender y adelantan la participación acrítica, pasiva y servil en el mercado de trabajo, así como la existencia de empleos precarios e infrapagados.

Formación universitaria

Se asume que el nivel de decisión de los estudiantes sobre lo que estudian debe estar supeditado a su experiencia y conocimiento previo. Por ello sería interesante la involucración de los estudiantes ya certificados y con más experiencia en la planificación de las guías docentes y los planes de estudio. Deben existir canales eficaces y efectivos para esto, más allá de la precaria representación estudiantil existente en la mayor parte de las universidades.

La formación debe ser crítica, es decir, nunca dar nada por asumido: toda forma de conocimiento está politizada y situada sociohistoricamente. Una forma de conocimiento creativo, interpretativo y crítico (en relación, también, a la articulación de diferentes perspectivas y a la interdisciplinariedad) es necesaria y Bolonia no apunta hacia ello, debido al énfasis de la aplicabilidad del conocimiento al ámbito profesional.
No se debe promover un modelo de universidad en el que el estudiante sólo busque certificarse para la futura búsqueda de empleo. La Universidad es mucho más que eso: reivindicamos una formación universitaria decente que dignifique el conocimiento. Que sea crítica y reflexiva, para que nos permita abordar el mundo crecientemente complejo en el que vivimos y nos de herramientas para transformarlo profundamente.

La docencia

No se plantea una forma de control o castigo a los profesores. Se trata de hacer estudios profundos, rigurosos y totalmente públicos que presenten la opinión de los estudiantes sobre la Universidad, las clases y los profesores. No un simple test o la aplicación de unos criterios externos (de la ANECA, por ejemplo) ajenos a la comunidad universitaria. Deben tenerse en cuenta las diferentes realidades de cada universidad y no simplificar esta manera de mejorar la Universidad y de cuestionar los excesos de autoridad en las aulas.

Deben instaurarse mecanismos que visibilicen los currículums ocultos del profesorado. Somos plenamente conscientes del altísimo nivel de corrupción de la mayor parte de departamentos en la Universidad del Estado; del amiguismo y nepotismo que marca las relaciones profesionales; del poder incuestionable y preponderante de los catedráticos. La reforma de Bolonia se mantiene absolutamente al margen de estos problemas, ha creado una agencia de evaluación que no es más que un simulacro donde se reproducen y re-legitiman las relaciones de poder.

Recalcamos también la necesidad de combatir la precaria situación de la mayoría de los docentes en cuanto a su estabilidad económica y derechos laborales, entendemos que esto puede suponer una criba importante a la hora de establecer las condiciones ideales que posibiliten óptimamente el enseñar, y por lo tanto, el aprender.

El sistema de becas

El actual sistema de becas no compensa las barreras que algunos problemas estructurales ponen al acceso a la universidad. Las becas a fondo perdido son insuficientes y limitadas; las becas préstamo hipotecan al estudiantado e incrementan las desigualdades sociales; las becas laborales es una forma de explotación y promoción del empleo precario por parte del mismo Estado.

Ante ello, exigimos una universidad radicalmente pública y popular, que garantice la posibilidad de acceso a toda la población sin que afecten condiciones socioeconómicas o culturales.

Por una parte, los sistemas de becas deben asegurar esta accesibilidad a los sectores sociales más desprotegidos (el umbral 1). Por otra, los individuos con rentas situadas en los quintiles superiores no deben recibir ayudas económicas, como medida para concentrar la asignación de becas a los sectores sociales desfavorecidos. En este sentido, rechazamos las becas de excelencia, entendiendo que con ellas no se premia el esfuerzo tanto como algunos factores de carácter socioeconómico. Pensamos que deben crearse otros sistemas alternativos que incentiven el esfuerzo. Asimismo, la cuantía de las becas concedidas debe conceder como mínimo el equivalente al salario mínimo interprofesional.

El Observatorio del Control de Becas debe funcionar de una manera totalmente democrática, y en él tienen que participar también los estudiantes. Ello asegurará el cumplimiento de la asignación de las becas y garantizará que sean una herramienta contra la desigualdad. Este organismo puede establecer las medidas para asegurar que las becas son aprovechadas por los estudiantes para el estudio y que se ajustan a sus necesidades. Por último, los Consejos sociales no deben mediar en la otorgación de ninguna beca, ni en la fijación de los criterios para ello.

Por último, la compensación al mérito creemos que es una forma de alimentar las desigualdades ya existentes, ya que, debido a la sociedad y el sistema en el que vivimos, no todos los estudiantes contamos con las mismas condiciones socio-económico-materiales para el desarrollo de nuestras aptitudes académicas.

Un sistema alternativo a las patentes privadas

Criticamos el sistema de propiedad intelectual privado que rige la actual producción y distribución del conocimiento.

Rechazamos la financiación privada de la universidad e, igualmente, la utilización de la investigación universitaria para el enriquecimiento por parte de las empresas a través de las patentes. Consideramos que los resultados de la investigación universitaria deben ser gestionados por las universidades en su conjunto. Dicha gestión debe ajustarse al funcionamiento de la licencia “creative commons”. Pudiendo utilizarse para proyectos de intervención social, desarrollo e investigación por entidades sin ánimo de lucro, sean públicas o autogestionadas. La posible transferencia de estas licencias a empresas con ánimo de lucro respondería, según el caso, al cobro de una tasa por su uso o directamente a su negación.

El estudiante como sujeto político

La Universidad debe generar herramientas y condiciones que fomenten la participación, la reflexión y la crítica en todos los ámbitos de su institución. Herramientas de participación horizontal en la vida política universitaria: asambleas de clase, portavocía, delegación rotatoria… Condiciones basadas en la mayor disponibilidad de conocimientos y de tiempo libre para dedicarlo a la vida extraacadémica. Una socialización al margen de la demanda de productividad es esencial para la vida universitaria, para la motivación de la imaginación y la reflexión. Solo así se posibilitará la existencia de estudiantes activos, críticos y políticos.

Es imprescindible que los estudiantes reconozcan sus intereses comunes en una pluralidad de identidades y se reconozca en una lucha por reivindicarlos. Así se podrá hacer ver muchos de los conflictos que existen en la sociedad. La lucha estudiantil es parte de una batalla más amplia. Las luchas que se dan en la sociedad son parte de la lucha estudiantil y de ellas queremos hacernos eco.

Relación entre la Universidad y la Sociedad

Este tema dio lugar a un debate del que surgieron muchas cuestiones acerca de la intervención de la sociedad en la gobernanza de la universidad, qué tipo social ha de intervenir y la forma de participación del mismo.

Ya que hoy nos encontramos en una sociedad capitalista, utilitarista y mercantil, reflexionamos sobre la influencia que podría tener sobre la Universidad el excesivo contacto con la misma y acerca de la posibilidad de la total autonomía como posible vía exclusiva para evitar el desarrollo de ciertas lógicas y alimentar la postura más crítica. A su vez, debatimos sobre la orientación de la Universidad a la satisfacción de las necesidades sociales y a la concretización de sus objetivos necesariamente imbuidos por una inmersión y reversión en lo social.

De este complejo debate reflexionamos acerca de la deseada existencia o no de un “consejo social”, intentando esbozar bajo hipótesis quién lo compondría, cómo y para qué, así como a nivel general qué otros canales alternativos se podrían instaurar que relacionen Universidad y sociedad y si acaso esta relación se considera necesaria o fundamental. Cabe destacar la reflexión acerca de la función social de la Universidad y en la medida que afecta a la sociedad en conjunto, y cómo la sociedad, puede afectar y de qué manera, también a la Universidad

Este último punto establece provechosas propuestas de líneas de debate que invitamos a enriquecer, autoresponder y reflexionar.

Este documento recoge mucha de las conclusiones a las que llegamos desde nuestros diferentes puntos de vistas. Quedan muchas por apuntar y por debatir. Es por tanto un texto abierto, lleno de horizontes y líneas de fuga, pero sin olvidar la importancia de señalar medidas concretas que pueden aplicarse hoy mismo. No es un punto final sino dos puntos a partir de los cuales queremos expresarnos. Es, además, un texto plural que conjuga posturas diferentes (e incluso contradictorias) para abordar la sociedad compleja que pretendemos transformar. Es, por último, un texto crítico, que se enfrenta a la situación actual de la Universidad, así como a los procedimientos que se están llevando a cabo en su reforma. Nos rebelamos ante la situación que están sufriendo las universidades y estas líneas son nuestra forma de decir no construyendo una alternativa. Son nuestras aspiraciones y reivindicaciones, que dan luz a la imagen de una Universidad más justa y más nuestra

24 de febrero de 2011

Internet, avanzadilla de las luchas en el Magreb

Internet está sirviendo en las revueltas árabes como medio para movilizar y coordinar a las multitudes hastiadas por sus gobernantes. Para el poder ésto no ha pasado desapercibido y no han dudado en poner todos los medios a su alcance para bloquear y limitar el acceso a red de la población.

Tomás Muñoz García para Diagonal

Túnez ya tenía parcialmente bloqueado los contenidos de internet (está entre los 15 países con más censura en la red). Con 10 millones de habitantes, sólo 3,6 millones son usuarios de internet y 1,4 millones acceden a facebook, una de las tasas más elevadas de África, según Internet World Stats.

El Gobierno de Ben Ali tenía bloqueadas las páginas para compartir vídeos y las webs críticas. Pero no había limitado el acceso a facebook, donde el canal de TV Mubasher, que pertenece a Al Jazeera, encontró las imágenes de la inmolación de Mohamed Bouazizi, el 17 de diciembre y las protestas posteriores. Después, las autoridades tunecinas probaron todos los medios para frustrar el flujo de imágenes. Hubo apagones eléctricos y de internet en Sidi Bouzaid y localidades vecinas.

El 1 de enero, varios activistas locales sufrieron una operación sistemática de phishing (secuestro de cuentas de email y suplantación de identidad en redes sociales) organizada por el Gobierno con el fin de eliminar el disenso. También se bloquearon páginas de activistas como el blog colectivo nawaat.org. Asimismo, el Comité de Protección de los Periodistas, denunció la inyección de un script cuando se accedía a páginas populares para conocer los nombres de usuarios y contraseñas de blogueros, periodistas, políticos, activistas, etc.

Todos estos datos robados fueron luego utilizados para eliminar grupos, imágenes y comentarios en Facebook contrarios al régimen. Pero no se detuvo ahí la represión: el 7 de enero, el Ejecutivo encarceló a blogueros y activistas como medida desesperada para detener la revuelta. Previamente, y como respuesta a la operación de pishing, el grupo de activistas informáticos Anonymous lanzó la Operación Túnez, un ataque DDoS que provocó el bloqueo de las páginas del Gobierno.

El colectivo Hacktivismo también ayudó a los usuarios tunecinos a difundir vídeos grabados por móviles a través de YouTube. Dos días después, Ben Ali bloqueó algunos servicios de la red y lanzó amenazas contra los medios de comunicación locales y extranjeros que cubrían las marchas. Fueron detenidos periodistas y el bloguero Slim Amamou, hoy en el Gobierno provisional.

Egipto sin Internet

En Egipto, Mubarak fue más allá. Desconectó al país de internet. No es el primer precedente mundial, ya sucedió en Nepal en febrero de 2005 y en Myanmar en diciembre de 2007. El día 30 de enero por la noche, los cinco principales proveedores de acceso a la red (Telecom Egypt, Raya, Enlace Egipto, Etisalat Misr e Internet Egipto) recibieron la orden del Gobierno de cortar el suministro de datos a los 16 millones de clientes en el país, que ronda los 79 millones de habitantes.

Para entonces, el Ejecutivo había monitorizado los movimientos en la red de activistas. Lo que se realizó con la inestimable colaboración del proveedor estatal Telecom Egypt, quién se sirvió de la compañía norteamericana Narus (empresa procedente de Sunnyvale, California, fundada en 1997 por expertos israelíes y ahora propiedad de Boeing) para obtener esta información.

Las redes de telefonía móvil también fueron bloqueadas, hecho que se repitió en Siria. Vodafone ha reconocido que fue obligada a enviar sms de apoyo a Mubarak a sus clientes. Sin embargo, el apagón no terminó con el flujo de información desde la ribera del Nilo. Desde Telecomix habilitaron una serie de teléfonos internacionales a los que llamar para conectarse a internet con modems de 56 ks.

Funcionaron DNS alternativas como la de Google (8.8.8.8). Y Access Now llevó a cabo una campaña internacional para que los usuarios usen Tor (un sistema de cifrado que protege la seguridad y privacidad de la navegación por Internet). Las instrucciones se enviaban por fax. También han surgido redes de solidaridad, que ceden parte de su banda ancha para que los internautas egipcios dispongan de acceso. No hay que olvidar los servicios de tweats por voz, que permitió leer los comentarios procedentes de Egipto en cualquier parte del mundo, excepto en China, donde el Gobierno bloqueó toda información en la red referente a las revueltas.


19 de febrero de 2011

Ataques fascistas en la facultad C.c Políticas y Sociología de la Comuplutense

El pasado martes 15 de febrero, alrededor de diez individuos encapuchados y camuflados con caretas entraron en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM y arrancaron una pancarta colgada por la A.U. Contrapoder a favor del reconocimiento de los derechos políticos en el País Vasco y Navarra, por una salida dialogada del conflicto, en ausencia de violencia. Horas más tarde, la acción fue reivindicada por un grupúsculo fascista en su página web.

Los estudiantes de izquierdas repusieron la pancarta sin mayor problema, y el viernes 18 de febrero a última hora de la tarde, los fascistas volvieron a la facultad a arrancar la pancarta y amenazar de muerte al único militante de Contrapoder que en ese momento estaba presente.

Se trata de un grave hecho, ante el cual la A.U. Contrapoder, con el apoyo del resto de las Asociaciones de izquierdas de las universidades madrileñas, quiere manifestar lo siguiente:

Que en nuestra facultad, como espacio de pensamiento crítico, de solidaridad y de memoria antifascista, no hay cabida para los nazis, y que por eso sólo pueden actuar de noche y con las caras tapadas.

Aun siendo conscientes de la irrelevancia política de estos grupos y sus acciones, entendemos que se enmarcan en el proceso de criminalización y estigmatización de la facultad llevado a cabo por la extrema derecha mediática. Esta campaña no solo tiene como objetivo atacar a la izquierda organizada de una facultad distinguida por su activa vida política y cultural, sino que va más allá y busca, a través del desprestigio de nuestro centro, deteriorar la imagen de la Universidad Complutense en su conjunto para influir en la opinión pública madrileña e impulsar, implícitamente, a los candidatos de derechas en las próximas elecciones a rector. Quienes han impulsado la campaña de criminalización de la Universidad Complutense de Madrid en general y la Facultad de Políticas y Sociología en particular han preparado el terreno para estas agresiones, y les hacemos responsables de lo sucedido, ante lo que ya sabemos que guardarán silencio.

Medios como Telemadrid, El Mundo o Intereconomía utilizan cualquier muestra de participación crítica en la universidad para señalar y atacar a profesores y estudiantes por el mero hecho de ser de izquierdas, recurriendo para ello a la mentira y la manipulación, a las cámaras ocultas y las fuentes anónimas. Echamos en falta esa misma atención mediática cuando figuras destacadas en el mundo académico, como Tariq Ali, Immanuel Wallerstein o Vicenç Navarro llenan los salones de actos de la facultad invitados por los estudiantes organizados.

Por otro lado, esperamos la enérgica condena y rechazo de este tipo de acciones por parte de todos aquellos “adalides de la libertad de expresión, la democracia y el pluralismo”, entendiendo que el silencio no les hace sino cómplices.

Nosotros somos estudiantes y militantes de izquierdas, y hacemos política con la cara descubierta. ¿De qué otra forma, si no tenemos nada que ocultar? Al contrario; podemos sentirnos orgullosos de contribuir a hacer de nuestra facultad un espacio diverso, crítico, activo y comprometido. Y lo va a seguir siendo, pese a quienes se empeñan en “normalizarla” y encuadrarla dentro de los discursos y las prácticas dominantes. Esa es la diferencia entre quienes crean universidad, desde abajo y a la izquierda, y quienes pretenden destruirla, con la cara tapada y contra los estudiantes.

Firman:

AU Contrapoder (Facultad de Ciencias Políticas y Sociología – UCM), Rosa Que Te Quiero Rosa (Facultad de Ciencias Políticas y Sociología – UCM), AU 1º de Mayo (Facultad de Ciencias Políticas y Sociología – UCM), Macondo (Facultad de Ciencias Políticas y Sociología – UCM), Grupo de Teatro Político Antígona (Facultad de Ciencias Políticas y Sociología – UCM), Red de Profesores e investigadores La Promotora (Facultad de Ciencias Políticas y Sociología – UCM).

Coletivo Rise Up (Universidad Carlos III), Unión de Estudiantes Progresistas- Estudiantes de Izquierdas (Facultad de Derecho – UCM), Puño y Letra (Facultad de Filología – UCM), La Caverna (Facultad de Filosofía- UCM).



17 de febrero de 2011

Estudiantes e investigadores impulsan en París la coordinación global de las luchas universitarias

Segundo González y Jon Bernat Zubiri Rey


Del 25 al 27 de marzo la Universidad europea se echará a la calle

París

La convocatoria de la red Edu-Factory, (http://www.edu-factory.org), reúne en París a 300 universitarios e investigadores precarios. El encuentro tuvo como objetivo la coordinación global de los diferentes movimientos universitarios mediante la definición de ámbitos comunes de diálogo entre las distintas experiencias. El calendario marcado en la cumbre anuncia jornadas globales de acción para finales de Marzo y una próxima reunión en Túnez para conectar con las luchas que se están dando en el mundo árabe.

El encuentro convocado por la red de estudiantes e investigadores precarios EduFactory, celebrado en París del 11 al 13 de Febrero, reunió a unas 300 personas del ámbito de las luchas universitarias y estudiantiles. Los debates se centraron en la construcción de un marco común de coordinación global para responder a la oleada de medidas de ajuste que afectan a todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo la educación.

Entre los días 25 y 27 de Marzo se espera que se produzcan acciones en distintos lugares bajo una serie de lemas comunes que se acordaron en la asamblea final organizativa. Estos lemas hacen alusión a la unidad de respuesta de las diferentes luchas, a la recuperación del “que se vayan todos” argentino o al más reciente grito de “nosotros somos vuestra crisis”. Entre otras formas de contestación se planteó la ocupación de entidades financieras e instituciones gubernamentales, con vistas a la celebración de asambleas populares que busquen la apropiación común de los espacios públicos y privados. Según Francesca, investigadora italiana de Edufactory afincada en Paris, “en estos días comunes de acción, los estudiantes y trabajadores del conocimiento tenemos que mostrar nuestra determinación para responder globalmente al capitalismo y sus estructuras financieras”. En esta línea, ya están programadas acciones en países como Portugal, Gran Bretaña e Italia para las fechas indicadas.

El encuentro contó con una relevante presencia de activistas ingleses e italianos, a los que se sumaron personas y organizaciones de países como Portugal, Alemania, Francia, Austria, Rusia, Irlanda, Ucrania, Grecia, Chile o Japón. El grado de asistencia por países estuvo fuertemente determinado por la amplitud actual de los movimientos estudiantiles en sus respectivas realidades locales. De esta manera la presencia de militantes del estado español fue escasa, limitándose a un grupo reducido de activistas.

En este encuentro se pusieron en común las experiencias adquiridas durante los diferentes procesos de lucha, con el objetivo de construir espacios comunes de trabajo, partiendo de la perspectiva de que tanto la mercantilización de la educación como la precarización de las vidas son procesos paralelos que se están llevando a cabo simultáneamente en todos los países.

Durante el encuentro, el escritor y media-activista proveniente del operaismo italiano Franco Berardi Biffo, comentaba para DIAGONAL en este sentido que “las estrategias de lucha tienen que dirigirse, más allá de los gobiernos nacionales, contra el Banco Central Europeo y la dictadura financiera que nos gobierna globalmente”.

Los activistas de distintos países denunciaron los diversos grados de profundización en la mercantilización y precarización en las universidades. Los ingleses hablaron del aumento de las tasas de inscripción hasta los 10.000 euros al año y de los recortes presupuestarios del nuevo gobierno tory-liberal, los italianos hablaron de la precarización del estudio y la investigación a través de la Ley Gelmini y los japoneses de los problemas que genera el modelo de becas-préstamo en su país. En este sentido, una activista de la universidad de Tokyo, afirmaba tener “una deuda de 40.000 euros con la banca japonesa”, tras haber preparado un doctorado y ver su nombre inscrito en la “lista negra de estudiantes morosos”. Por otro lado un grupo de profesores griegos alertaba que la dilatación temporal en la aplicación de reformas vinculadas al proceso de Bolonia en los diferentes países “responde a la necesidad de los gobiernos de evitar una respuesta simultánea contra el ataque que estamos sufriendo”.

Construyendo coordinación

Durante las jornadas hubo debates paralelos con títulos como “Las Transformaciones de la universidad: libre acceso versus privatización”, “Educación autónoma, escuela libre y nuevas prácticas alternativas” o “Precariedad, deuda y bienestar: Hacia un paradigma de lo común”. Algunos de los talleres versaron sobre esta necesidad de inventar nuevas formas de producir y compartir los saberes comunes más allá del marco expropiatorio que el capital impone a las prácticas actuales. Otros debates hablaban sobre la doble condición de estudiantes-trabajadores, las perspectivas de huelga transnacional en la crisis del sistema capitalista o las Nuevas Tecnologías para la Organización de la Revolución. En esta línea, la asamblea decidió seguir utilizando herramientas de coordinación como la lista de correo (list@makeouruniversity.org), el portal Education Activist Movement (www.ism-global.net) o la red social de activistas Crabgrass. Otra vía de trabajo busca la coordinación de diferentes colectivos de auto-formación en torno a una “Universidad autónoma global” que configure una cartografía de de este tipo de iniciativas.

Extensión del movimiento

Los asistentes al encuentro mostraron una especial admiración hacia las luchas emancipatorias que se están llevando a cabo en el mundo árabe, denunciando la decisión del estado Francés de vetar la entrada al país a un grupo de estudiantes tunecinos que pretendían asistir al encuentro. Pese a ello, algunos miembros de la delegación parisina del Front de Liberation du Peuple Tunisien acudieron al acto e invitaron a la asamblea a realizar el próximo encuentro en Túnez, propuesta que fue asumida inmediatamente por la organización. En este sentido, numerosos asistentes consideraban que la convergencia con las luchas que se están llevando a cabo en los estos países puede suponer un hito en la coordinación de los movimientos radicales del centro y la periferia. Por otro lado, los estudiantes franceses hicieron un llamamiento a participar en la contra-cumbre del G8 de las Universidades en Dijon del 5 al 7 de mayo.

El encuentro tuvo lugar en la Universidad de Paris VIII, ubicada en la banlieu norte parisina de Saint Denis, lugar que simboliza la interacción de la cultura universitaria autónoma y radical con las resistencias de los jóvenes provenientes de la inmigración. Marcados por este contexto, los activistas locales alertaban sobre los límites tradicionales para abordar determinadas prácticas transformadoras desde la universidad. Tal y como afirma Sam, militante de Sud-Etudiant en Paris VIII, “a la hora de constituir un movimiento con aspiraciones transformadoras hay que tener en cuenta la selección social inherente a la institución universitaria, que deja fuera de sus muros a los muchos jóvenes de las banlieus que están abocados al trabajo intermitente y la precariedad crónica imperante en sus barrios”. La red EduFactory está consolidándose como un espacio de coordinación de las diferentes luchas universitarias, pero según afirma este militante “tiene aún como asignatura pendiente converger con los sectores que sufren la precariedad fuera de la universidad.”

13 de febrero de 2011

Revuelta y construcción del poder popular en el Magreb






África concentra los debates de la crisis mundial

Julio C. Gambina para La Haine





Es un dato de la realidad que África concentra en estas horas los debates sobre la coyuntura de la crisis de la economía mundial. Es un hecho la crisis egipcia, y la de los países vecinos del norte del continente africano y del medio oriente, junto a los temas y los desafíos que propone la reunión del Foro Social Mundial (FSM) en Dakar, entre el 6 y el 11 de febrero.
Lo que está en discusión en ambos casos, en la crisis egipcia y la de sus vecinos, y en el debate del FSM, es el proceso de alternativas y emancipaciones. ¿Qué rumbo? ¿Hacia dónde se orientan los acontecimientos? ¿Qué futuro para el orden local, regional y mundial?

Está mencionado el problema en plural (alternativas y emancipaciones) ante la ausencia de una sola mirada de superación sobre la crisis de la economía mundial, de los problemas específicos de cada país o región, tanto como por una pluralidad de enfoques de los diferentes actores sociales y políticos, de los movimientos y sujetos que actúan en la coyuntura, que son millones movilizados en Egipto para desplazar al dictatorial y corrupto gobierno de Mubarak, y unas cuantas decenas de miles en Senegal (en representación también de millones), en el cónclave mundial de los movimientos sociales que pugnan contra la globalización capitalista y por otro mundo posible. ¿Qué futuro para esas luchas y discusiones concretas de estos días?

Por eso, EEUU y la comunidad internacional del poder intentan cambios en Egipto sin ruptura de lo esencial, la funcionalidad de la región a la acumulación capitalista. Así, resulta imprescindible para los pueblos la discusión asociada a las motivaciones y prácticas sociales para considerar nuevos modelos productivos y de desarrollo; necesidad agigantada por la continuidad y profundidad de la crisis de la economía mundial y el territorio del debate y el conflicto actual, el sur del mundo.

El empobrecimiento es resultado del capitalismo

La continuidad de los efectos regresivos de la crisis mundial, medidos en desempleo y miseria se asocia a lo concreto del empobrecimiento de la mayoría de la población africana, continente que concentra el 20% del territorio mundial, un 16% de la población global, más de 1.200 millones de habitantes, y lidera todas las estadísticas de empobrecimiento en el ámbito mundial, siendo una tierra promisoria en recursos naturales o bienes comunes. En el Informe de Desarrollo Humano 2010 del Proyecto Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD se puede observar como las pérdidas en el desarrollo humano debido a la desigualdad son más altas en África Subsahariana, Asia Meridional y los Estados Árabes.

El oro, los diamantes, el petróleo y la minería concentran el interés de un territorio escasamente explotado, donde el atraso se vincula a la explotación de materias primas en condiciones infrahumanas de sus trabajadores y una dependencia de las inversiones del capital transnacional. El resultado en materia de división internacional del trabajo es conocido por el balance comercial, de especialización primaria en las exportaciones e importador de bienes industriales ante un escaso desarrollo industrial propio, además, concentrado entre los principales países donde hoy el conflicto es visible. No muy distinto de lo que ocurre en los países del sur del mundo y que se manifiesta como modelo extractivo o concentrado en la explotación de recursos primarios en la región latinoamericana.

Las transnacionales buscan superar sus problemas de rentabilidad, con mayor explotación de la fuerza de trabajo y de los recursos naturales, sean en la zona del Amazonas, en la Cordillera de los Andes, en el territorio africano, o en cualquier lugar del planeta que le provea los elementos imprescindibles para el proceso de trabajo.

La información que hoy se procesa sobre el conflicto en los países africanos se asocia a las reivindicaciones democráticas y la presencia de regímenes dictatoriales, mucho menos a las discusiones económicas de un orden socioeconómico funcional a las necesidades del capital transnacional y el poder económico mundial. Por ello resulta interesante que el FSM vuelva al territorio africano. Antes, en el 2007 en Nairobi, y ahora en Dakar, Senegal.

Más de 45.000 personas de todo el mundo se reúnen para considerar el presente y pensar críticamente el futuro. Entre los presentes en el cónclave destacan los presidentes de Guinea (África al Sur del Sahara), Alpha Condé, y el de Bolivia, Evo Morales. Este será el onceno FSM, siendo muy distinta la realidad del 2001 cuando la saga se inauguró en Porto Alegre. La situación de ascenso neoliberal que marcaba el cambio de siglo, del XX al XXI, contrasta con el desconcierto que provoca la crisis mundial. Es cierto que se agigantan las presiones de liberalización de la economía mundial, tal como revelan las conclusiones de la reunión de Davos la semana pasada, al mismo tiempo que coloca en discusión “el qué hacer” de los pueblos.

Es que las resistencias a la globalización capitalista generaron una nueva situación, especialmente en la América Latina, con renovación de la lucha por el socialismo en Cuba y nuevas significaciones en la lucha por el socialismo, que emergen de los procesos venezolanos y bolivianos. A ello se suma una diversidad de procesos difíciles de sintetizar, donde el debate no termina de sustentarse en términos anticapitalistas, para situarse como mucho en una perspectiva discursiva anti neoliberal. Es un rumbo que no termina de generar las rupturas necesarias con la institucionalidad generada en los 80´ y 90´. El ex Presidente de Chile Ricardo Lagos sugiere que “Lula se encontró con una estrategia impulsada por su antecesor –Fernando Henrique Cardoso- quien, ya como ministro de Hacienda introdujo el Plan Real hace veinte años…”

. Más allá de la intencionalidad política de Lagos por indiferenciar diferentes momentos del desarrollo histórico del Brasil, lo cierto es la continuidad de una institucionalidad gestada bajo hegemonía neoliberal.

Un debate central en el seno del FSM se concentra en la efectividad de la lucha política del movimiento global contra el capitalismo. Una parte de la conducción del movimiento ha sido efectiva hasta ahora para limitar la capacidad de articulación de una iniciativa política compartida. En ese sentido se valora el intercambio y la horizontalidad de unas relaciones mutuas entre los participantes. En aras de esa concepción de aprendizaje y experiencias a compartir, se resigna la posibilidad de acción colectiva para transformar la agresiva campaña del capital transnacional contra los trabajadores y los pueblos del mundo. El empobrecimiento genera experiencias de desarrollo alternativas y procesos de emancipaciones, que deben articularse para una acción común. El intercambio es insuficiente.


¿Qué hacer con la hipoteca del endeudamiento externo?

Pese a los programas de disminución de la deuda africana, de sus países más empobrecidos, la carga de intereses y capital ahoga toda perspectiva de superación del empobrecimiento africano. La discusión sobre la deuda concentra buena parte de las discusiones en Dakar. Los ejemplos latinoamericanos serán de especial consideración, especialmente el caso de la auditoria ecuatoriana que devino en la anulación de una parte de las deudas de ese país. El caso de la negociación de la deuda argentina merece también consideración, tanto por el largo proceso de cesación de pagos (que favoreció la posibilidad al crecimiento económico), como por la quita realizada oportunamente, en 2005 y recientemente en 2010. Claro que pese a los ejemplos mencionados, la cuestión de la deuda subsiste y se convierte en un instrumento de chantaje y condicionamiento de las políticas locales. La mayoría de los países del sur del mundo registran disminuciones relativas del stock de deuda sobre el PIB, en el mismo momento que ocurre lo contrario entre los países capitalistas desarrollados.

Todo indica que el costo de esa situación es y será crecientemente transferido a los países del sur del mundo, elevando la exigencia por argumentar sobre el carácter ilegitimo e ilegal de unas deudas largamente pagadas por los pueblos y que deben ser anuladas.

El endeudamiento está asociado a los instrumentos de disciplinamiento del poder mundial y por eso en el FSM se discutirá qué hacer ante los organismos internacionales, revitalizados por el G20 en la coyuntura de crisis. Más específicamente se analiza el tema del CIADI, destacando la política boliviana de denuncia del vínculo de ese país con un ámbito del poder mundial para canalizar las demandas de las transnacionales sobre los países soberanos. En rigor, no solo se trata de discutir al FMI, al Banco Mundial, al CIADI u otros ámbitos del poder mundial, sino de avanzar en perspectivas alternativas, caso de la necesaria nueva arquitectura financiera a escala global, donde el Banco del Sur u otras iniciativas adquieren relevancia, tanto como el debate que habilita la crisis sobre el fin de la hegemonía del dólar y la necesidad de analizar soberanamente, nacional y regionalmente los instrumentos de intercambio validados internacionalmente. Ello supone desde la implementación de tributos globales contra la especulación, la circulación de capitales; la eliminación de los paraísos fiscales; y el establecimiento de nuevas relaciones monetarias contra el imperio del dólar o la guerra actual propiciada por las monedas hegemónicas.

Egipto, su rebelión popular en el norte de África y el debate en el FSM, atraviesan todas las discusiones y reflexiones en torno al momento, del cruce de la crisis y las posibilidades de transformación social y económica. Es un debate que se proyecta sobre la distribución del ingreso y la riqueza socialmente generada, contra la desigualdad y por resolver históricamente el desbalance de las posibilidades del desarrollo económico contemporáneo y las concretas condiciones de vida denunciada por la FAO, donde 1.020 millones de personas del planeta sufren hambre. La discusión es por la democratización de la vida cotidiana y el orden social vigente en crisis, del capitalismo en crisis. Ello supone discutir qué hacer con los recursos naturales o bienes comunes. ¿Qué hacer con el agua y la tierra? ¿Quién los explota y cómo? ¿En beneficio de quién o de quiénes? ¿Cómo se sustenta la vida de las personas, las especies, para hoy y para el futuro? ¿Qué posibilidad de cooperación, integración y articulación de los pueblos del mundo para atender la realidad de crisis y empobrecimiento?

La soberanía está en discusión. La soberanía alimentaria, energética o financiera. La capacidad de establecer un orden diferente al de la explotación que hoy vive una de sus crisis y que desafía a los trabajadores y pueblos del mundo a construir una nueva realidad, que al decir del FSM se manifiesta como el objetivo de “otro mundo posible”.