1 de octubre de 2015

¿Por qué dar fuerzas al movimiento estudiantil?

"Por qué debería trabajar en el movimiento" es una pregunta habitual tanto dentro como fuera. Es una pregunta aplicable a todo aquello que existe en nuestras cabezas es capaz de mover el mundo. En el movimiento estudiantil, es normal que sus muchos militantes la respondan con razones de responsabilidad. Uno viene aquí porque es lo que debe, por sus necesidades, por defenderse, por su clase, por una obligación moral con sus compañeras y compañeros en lucha y por merecer las conquistas que hemos ganado. Estas son razones importantes, pero hay una detrás de todas ellas más poderosa.

Doy mi fuerza porque es hermoso crear. Doy mi fuerza porque de nuestras conciencias salen los nuevos mundos que llevamos dentro, que pueden curar los errores de este y que pueden hacer nuestro el futuro. Además de defenderse de los abusos de los poderosos, o de cumplir una responsabilidad que tenemos con la comunidad en la que vivimos, nuestras fuerzas sirven para dar vida a nuevas ideas que hagan, de una voluntad, una realidad.

Para mover el mundo, y para atrancarlo, la herramienta que usamos desde que nos diferenciamos del resto de animales es la capacidad de imaginar cosas en común. Ninguna otra especie podría creer toda ella en la existencia de cosas como "Inglaterra", "2 millones de euros" o la "Organización de las Naciones Unidas"; y sin embargo nosotros somos capaces de verlas, someternos a ellas, dominarlas o intentar cambiarlas. Para mover el mundo solo esas imaginaciones comunes son capaces de unir nuestras fuerzas en pos de algo que deseamos que cambie. Hay que imaginar con fuerza otras ideas para hacerlas reales, hay que imaginar nuevas estructuras para las ideas que cambian el mundo si ya no funcionan. Ahí también está la belleza de crear, que todo se puede crear, recrear y poner a trabajar a nuestro servicio.

Para hacer real la democracia el pueblo debe asumir el poder. Para esto no sirve que los gobiernos (que nosotros mismos imaginamos entre todos) nos concedan elegirles pasando unos años. Asumir el poder quiere decir que, con gobierno o sin el, es el pueblo quien debe decidir lo que ocurre y es el pueblo quien debe lanzarse a crear nuevas ideas y nuevos movimientos que aseguren que su voluntad es poder.

El movimiento estudiantil es la expresión de nuestra comunidad por cambiar las cosas. Para cambiar la universidad, para detener los avances de la injusticia, para que la educación sea un derecho y nos haga más humanos, para encontrarnos todas y todos en un espacio común y para hacer de nuestra voluntad una parte de la realidad. Por eso doy mi fuerza al movimiento y por eso pido a todo aquel que viva conmigo que dé la suya. Por la democracia, por el futuro que podamos alcanzar y por lo hermoso que resulta crear.

Le repito, a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante. 
- Buenaventura Durruti

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