29 de enero de 2011

Luces y sombras en la manifestación del 27 de enero en Madrid

Por Jorge Moruno para Kaosenlared




El pasado día 27 de Enero se condenó a toda una generación a envejecer en la miseria, después de toda una vida trabajada en precario, tras el pacto de reforma de las pensiones, firmado por CCOO y UGT. Para el mismo día, estaban convocadas por sindicatos independentistas y anarquistas tres huelgas generales en distintas partes del Estado Español; Galiza, Euskadi-Nafarroa y Catalunya. La evidencia de no poder convocar una huelga general en Madrid, al margen de las grandes centrales sindicales, tuvo su correlato en una manifestación que partió de Atocha y finalizó en Las Cortes. Tras un intento de alcanzar el congreso la policía acabó cargando contra los manifestantes, con las consecuentes escaramuzas y disturbios que se repartieron por el centro de Madrid.

Una manifestación a la que acudió mucha más gente en comparación con las anteriores que han tenido lugar; posiblemente gracias al contagio provocado por el clima de huelga en otras zonas, la sensación de traición en el pacto de las pensiones y las constantes noticias de revuelta que se están dando en medio mundo. Una manifestación en la que se respiraba un ambiente cargado de voluntad de ser protagonistas de nuestra realidad, rabia por ser siempre espectadores pasivos del robo colectivo y muestras de una actitud combativa, rebelde, que hacía tiempo que no se sentía en las calles de Madrid. Al mismo tiempo es necesario destacar y realizar una crítica constructiva de cara a enfrentar el futuro cercano con inteligencia.

Nuestras propias muestras de salud antagonistas, resaltan por igual nuestras carencias organizativas y debilidad estructural como movimiento. Todavía no somos capaces de ofrecernos seguridad colectiva ante cualquier incidente, por lo que al final, es la huída individual y caótica la que nos derrumba y eso la policía lo sabe. Tenemos que lograr delimitar espacios de soberanía, de control territorial donde movernos en un bloque compacto, sin fisuras, regido por la autonomía; las normas colectivas. Construir orden da incluso más miedo que generar desorden. No cabe otra opción más que construir en común, dejando luchas intestinas al margen que ninguna incidencia tienen en la realidad, más que en la vida de los que las protagonizan. La tarde de Madrid del 27 Enero, puede ser el primer paso de un nuevo ciclo de luchas que necesita del equilibrio perfecto de toda nuestra inteligencia y corazón. Puede ser el comienzo de algo, porque sabemos que cuando estamos juntos, damos miedo.



Por la igualdad de género en el sistema de las pensiones

La Federación estatal de Organizaciones Feministas (conocida como Coordinadora Feminista) ha redactado este manifiesto sobre la reforma de las pensiones, reforma que el gobierno está aprobando esta misma mañana y que, además de recortar derechos a la juventud y a la ciudadanía en general, tiene un sesgo de género importante (como todo).



POR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN EL SISTEMA DE PENSIONES


La Comisión del Pacto de Toledo aprobó el 29 de diciembre de 2010 su Informe y 21 recomendaciones, que se votarán en el Congreso de Diputados 2 días antes de la anunciada aprobación por el Gobierno, el 28 de enero, del Anteproyecto de ley que reformará las pensiones “con o sin acuerdo” en la negociación con sindicatos y empresarios.

Por primera vez una de las recomendaciones del Pacto de Toledo, la 17 (ver anexo), se refiere específicamente a Mujer y protección social: en que, tras abogar por una “integración laboral acorde con las aspiraciones de las mujeres” y la configuración de derechos de pensión propios, no derivados del marido, frente a varias discriminaciones constatadas, no apunta a la igualdad en el empleo y la protección social, sino a algunas medidas específicas aparentemente proteccionistas, pero perpetuadoras del reparto desigual del empleo y el cuidado, como los incentivos fiscales y de protección social a la no incorporación de mujeres casadas al mercado de trabajo.

La reforma de las pensiones es, junto a la reducción del gasto público y la reforma laboral, parte de la exigencia de recorte de Estado del Bienestar de “los mercados” al Estado -la Seguridad Social gestiona un tercio de sus gastos-, retrasando de los 65 a los 67 años la edad legal de jubilación y ampliando de 15 a 20 años el periodo de cálculo y el periodo de carencia para la pensión contributiva mínima. Las premisas demográficas en que se apoya, como la caída de la natalidad a 1,4 hijos por mujer y el aumento de la longevidad, tienen un sesgo de género: son producidos mucho más por un modelo socioeconómico de desigualdad entre mujeres y hombres e incompatibilidad entre empleo y cuidados, que por una causa biológica. La baja natalidad responde a la carencia de tiempos y servicios para la conciliación, y siendo mujeres el 58% de las personas mayores de 65 años por tener 6,4 años más de esperanza de vida (84,4 años) que los hombres (78,0 años), aunque los años de vida en buena salud son casi iguales: 63,2 para los hombres y 62,9 para las mujeres.

Sin perjuicio de exigir al Gobierno que cumpla en este y los demás proyectos de ley el artículo 19 de la Ley de Igualdad, acompañándolo del preceptivo Informe de Impacto de Género sobre la situación de partida de mujeres y hombres y la previsión de cómo va a incidir en ella la reforma de las pensiones, MANIFESTAMOS:

1.- España debe hacer un esfuerzo especial en la individualización de las prestaciones de Seguridad Social, pues nuestro sistema fue diseñado en la década de los 1960, en base al modelo de familia de sustentador masculino/esposa dependiente, en el que el hombre es titular del salario y de las prestaciones sociales por enfermedad, desempleo, jubilación o supervivencia (viudedad y orfandad), y las mujeres no tienen ingresos o derechos propios, sino derivados del marido. El objetivo de igualdad de género debe ser explícito y concreto para la solidaridad inter e intra generacional propia del sistema de pensiones y para seguir avanzando hacia el modelo socioeconómico de mujeres y hombres sustentadores y cuidadores en igualdad.

2.- En la actualidad no hay igualdad real de mujeres y hombres en la protección social. Son mujeres el 45,01% de los 17.612.709 cotizantes a la Seguridad Social y el 51,35% de los 8.711.058 pensionistas del sistema contributivo. Más de la mitad, el 51,38 % de las mujeres pensionistas lo son por un derecho derivado, la mayoría por viudedad.

3.- La menor tasa de ocupación femenina, la desigualdad salarial y las diferencias entre la vida laboral de hombres y mujeres, marcadas por la precariedad y la feminización del cuidado de hijos y familiares dependientes con las consiguientes “lagunas de cotización”, además de los restos del franquismo que excluyó a las casadas del empleo, llevan a que la pensión media de las mujeres sea ahora de 599 €, es decir, un 39% más baja que la de los hombres, de 977 euros al mes.

4.- La discriminación de las mujeres en las pensiones contributivas es la causante, junto a la feminización de las pensiones no contributivas, de que 1 de cada 4 mujeres mayores de 65 años esté bajo el umbral de la pobreza, que no superan pese a los complementos de mínimos aportados por el Estado y financiados con impuestos, no con cotizaciones a la Seguridad Social, a los 4,2 millones de pensionistas (62% mujeres, la mitad viudas) cuya pensión contributiva no alcanza los 577 euros al mes.

5.- La propuesta del gobierno y la comisión parlamentaria de incrementar de 15 a 20 años el período de cálculo va a incrementar la discriminación de las mujeres, cuyas vidas laborales tienen más “lagunas de cotización” por la precariedad y la feminización del cuidado de familiares. Actualmente el periodo mínimo de cotización para la pensión contributiva de jubilación es de 15 años (o el equivalente a 15 años a jornada completa), de los cuales al menos 2 deben estar comprendidos dentro de los últimos 15, y el importe de la pensión es un porcentaje de la cotización media durante los últimos 15 años (llamada base reguladora) que va del 50% si solamente se han cotizado 15 años hasta el 100% para 35 o más años de cotización. España es el 4º país de Europa en porcentaje de mujeres excluidas del mercado de trabajo por tener que cuidar de hijos y familiares dependientes.

6.- Son mujeres el 70,63% de los 454.095 beneficiarios de Pensiones No Contributivas (PNC) implantadas en 1990 para las personas con invalidez (56% mujeres) o mayores de 65 años (83% mujeres) que no han cotizado el mínimo de 15 años exigido para la pensión contributiva de jubilación, no son viudas de personas con 5 o más años cotizados, y no tienen rentas de cualquier tipo, personales o de la unidad familiar. La PNC es de 339,70 euros mensuales, bajo el umbral de la pobreza de 401 €/mes.

7.- La inferioridad de condiciones laborales de las mujeres generadora de la inferioridad en las pensiones no es cosa del pasado. Las 1,8 millones de trabajadoras actuales en situación de desempleo tienen una Tasa de Cobertura de Prestaciones por Desempleo del 58%, frente al 63% de los hombres, y son mayoría entre los perceptores de prestaciones asistenciales, las más bajas.

8.- Por ello pedimos al Gobierno y al Parlamento una política sin contradicciones, de incentivo al modelo de mujeres y hombres empleados y cuidadores en igualdad, y no al modelo de hombre empleado/mujer cuidadora sin empleo y con protección social derivada del marido, con medidas como:

- No elevar de 65 a 67 años de la edad legal de jubilación, pues el incremento de cotizantes pretendido se conseguiría mucho más con la incorporación de 1,8 millones de mujeres al empleo, sin perjudicar la salud y el desempleo de las personas de 65 a 67 años.

- No aumentar de los 15 años actuales el periodo de cotización ni el de cómputo para la pensión, porque penalizaría especialmente las lagunas de cotización de las mujeres.

- La reducción general de la jornada laboral y su compatibilidad con el cuidado -al 50% por hombres y mujeres- de menores o dependientes, y no incentivar el tiempo parcial de mujeres.

- El reparto familiar del cuidado no basta: pedimos la cobertura pública de la demanda de educación infantil de calidad desde los 0 años y de servicios profesionales públicos de atención a la dependencia, sin canjearlos por paguitas a cuidadoras familiares.

- Equiparar las Tasas de Ocupación de mujeres y hombres, sin incentivar las excedencias y prestaciones para el cuidado incompatibles con el empleo y la cotización normales.

- Permisos de maternidad y paternidad iguales e intransferibles. Restituir el permiso de paternidad de 4 semanas ya legislado.

- Transformar progresivamente la pensión de viudedad de manera que, sin desproteger a mujeres mayores, no incentive la dependencia de las casadas jóvenes.

- Inclusión en el Régimen General de la Seguridad Social del especial de Empleadas/os de hogar. - Equiparación de las Pensiones No Contributivas al mínimo general de las pensiones.


21 de enero de 2011

Túnez: Siempre adelante

Alma Allende para Rebelión.org



¿Qué es una revolución? Una situación en la que se está más seguro, más tranquilo, más vivo, más protegido, mejor acompañado en la calle que en casa. Es quizás por eso por lo que todo el mundo, una y otra vez, todos los días, sin desfallecimiento ni retroceso, se lanza a las calles y se mantiene en ellas cuatro, cinco, ocho horas, resistiéndose a abandonar ese gran refugio abierto en el que se ha convertido la ciudad. “A partir de hoy, no tenemos miedo”, exhibía una mujer un cartel por encima de su cabeza. Y qué hermosura de gente, qué hermosura de rostros sin miedo, qué embellecimiento inaudito el de unas miradas repentinamente liberadas de las legañas de la sumisión.


Como el agua que cae en cascada, como los fuegos de artificio que estallan abriéndose en cadena en el cielo, como el frenesí de la percusión, como la multiplicación de los panes y los peces, venían de aquí y de allá, uno y luego otro y más tarde otro, pequeños grupos organizados -reunidos al azar en las calles y coordinados a través de los teléfonos móviles- para concentrarse esta vez en la avenida Mohammed V, frente al ignominioso edificio de vidrio ciego del RCD, protegido por el ejército. En esta ocasión los manifestantes han cortado esta gran arteria de la capital, ocupando por completo la calzada y aislando el centro del tráfico rodado. La policía observa ceñuda y los soldados sonríen. La consigna más coreada esta vez es: “El pueblo quiere derrocar al gobierno” (ashaab iurid isqat al khukuma).

Seguimos hasta el final de la avenida, contra la corriente que llega, para acercarnos a la avenida Bourguiba. En la plaza 7 de Noviembre, el tanque de ayer tiene más ramos de flores, uno que le ha crecido en la boca del cañón, como un disparo de jacintos y amapolas. A las 12 del mediodía hay aquí mucha más presencia militar y menos policial; dentro de la alambrada de espino otras tres tanquetas y numerosos soldados se suceden frente al ministerio del interior, en el centro del bulevar. Pero es increíble. Porque ya no se puede hablar de una manifestación sino de un desparramamiento (“mucha cosa feliz desparramada por toda la ladera”, que diría Álvaro de Campos), de una expansión y asentamiento por todas las calles del centro. En el bulevar se forman corros -cuento hasta quince- de hombres y mujeres que discuten y tratan de establecer programas y estrategias. Son verdaderas asambleas populares cuyos miembros toman la palabra con un cierto desorden, alzando la voz, reclamando libertad de palabra. Es llamativa la mayor presencia hoy de mujeres de todas las edades y con un papel protagonista. En una de estas asambleas improvisadas en medio del bulevar, cuando la discusión impide escucharse, son precisamente dos mujeres -una velada y con aspecto de islamista, la otra claramente laica e izquierdista- las que imponen silencio recordando que “no hay más que un pueblo y todos forman parte de él”.

Es en estas asambleas donde queda más clara una cierta fractura que está por resolver, que se está resolviendo. Las direcciones de los partidos y sindicatos se reúnen hoy en Bab-al-Asal; los abogados se manifiestan frente al Palacio de Justicia; y la llamada “sociedad civil”, esa vaga constelación de artistas, intelectuales, activistas por los derechos humanos, trata de reestructurar y liberar las organizaciones oficiales en las que habían quedado atrapados, como moscas en ámbar. Aquí en la calle, son los jóvenes, los empleados, los trabajadores manuales -el pueblo- los que toman la palabra en estas asambleas pedestres, porque las forman gente de a pie, en las que voces enfervorizadas de líderes volátiles insisten en el gran descubrimiento de sus vidas: “Esta es la revolución del pueblo”, dice un joven ceñido en una falsa chaqueta de cuero, de rostro decidido y bien tallado, “y no estamos dispuestos a entregársela a ningún líder”. Y añade en medio de los aplausos: “Todos los cuadros del CDR, de los secretarios al presidente, tienen que ser depurados”.

Lo importante -lo impresionante- es que todos están organizándose sin esperar a tener un gobierno. Por la mañana leo la iniciativa de un grupo de ciudadanos que propone la creación de un Frente de Liberación Popular de Túnez, al margen de los partidos pero que también los interpela, para expresar algunas reivindicaciones comunes a todos: “llamamos a continuar la creación de comités populares sobre todo el territorio tunecino y en el extranjero y a su coordinación, a fin de organizar la lucha del pueblo y alcanzar su derecho legítimo: el acceso al poder”. El comunicado llama también a la defensa del país por parte de estos mismo comités en colaboración con el ejército -al que invita a reforzar la confianza del pueblo- al mismo tiempo que pide la disolución del gobierno, de la policía política y del RCD, la nacionalización de los bienes del partido y del clan Ben Alí y el juicio de todos los responsables del saqueo de la nación. Más importante que todo esto: en el interior del país se forman ya consejos que gestionan las vidas de los pueblos. En Qasserine, uno de los símbolos de la revolución tunecina, tumba de mártires, cuna del nuevo día, una verdadera Comuna formada por sindicatos, partidos de izquierdas y células juveniles, han pasado a dirigir el “gobernorado”, devolviendo a las fuerzas del orden a sus cuarteles. Aquí y allí todos reclaman la disolución del RCD y el gobierno provisional y el establecimiento de una asamblea constituyente.

Puntos muy parecidos incluye el comunicado de la “Coalición de cineastas libres” que se celebra en esos momentos -a las 13 h.- en la Maison de la Culture Ibn Khaldun, ocupada por los trabajadores de la imagen para una asamblea de urgencia. En ella se declara suspendida de hecho la censura y, tras acaloradas discusiones (en las que se usan las sillas como tribunas) y la lectura del acuerdo, que pide una proceso constituyente y elecciones libres, la asamblea se disuelve para sumarse a la calle: “Los cineastas somos ciudadanos como cualesquiera otros”, dice un enérgico sesentón de bigote amarillento, “y tenemos que unirnos al pueblo”. Bajamos todos las blancas escaleras de estilo colonial para volver a la calle.

El pueblo sigue frente al edificio de la RCD, donde se han producido algunos cambios. Sobre la verja de entrada un gran cartel declara: “Casa de la revolución del pueblo”. Y arriba, a sesenta metros de altura, figuras humanas diminutas trabajan en el desmantelamiento de las letras que componen el nombre del partido. Consiguen arrancar la palabra “tayamua” (Rassemblement) y desde ese montaña de injusticia la dejan caer; se precipita arrugándose en el aire para quedar prendida en un alero en medio de los vítores y aplausos de la multitud. Pero eso no basta. Aún queda, encima de la gran puerta de cristal roto por las piedras, en el pretencioso dintel, el nombre rimbombante del partido grabado sobre el mármol. Los jóvenes situados en primera línea empujan la verja para entrar en el recinto y los militares, que hasta entonces han permanecido impasibles, disparan al aire tres descargas nutridas de fusil. La muchedumbre se dispersa, pero lo hace como si estuviese unida por muchas gomas a un centro invisible que tirase de los extremos. Tras el minuto de pavor, se vuelve hacia el edificio del RCD. Mientras regresamos por una callecita lateral un joven soldado, verdaderamente bello, nos dice sonriendo con picardía, el arma inclinada hacia el suelo:

- Bueno, basta por hoy. Volved mañana.

Pero volvemos hoy. La vanguardia de la manifestación, de nuevo pegada a la verja, negocia con los militares del interior, que dejan pasar a cinco o seis personas. Unos minutos más tarde se asoman por las ventanas, por encima del dintel, y dejan caer unos cables entre la pared y las letras en relieve que componen el nombre en árabe del partido. Debajo espera una camioneta. Después de varias tentativas fallidas, entre el fervor de la gente, las letras van siendo arrancadas, junto a losas de mármol, de la pared. Ya no existe el RCD; es realmente la Casa de la Revolución del Pueblo, un futuro hospital infantil -se reclama a gritos- en una ciudad que sólo tiene uno.

Luego, de acuerdo con los militares, la multitud se va alejando por Mohammed V, pero sólo para reencontrarse -desde diversos afluentes- en la calle Bourguiba, donde ahora domina la presencia policial, señal quizás de una inminente carga dispersiva. Pero aún se recorre varias veces la avenida, arriba y abajo, en dos grupos procedentes de direcciones inversas que se encuentran en el centro. Se canta de nuevo el himno nacional. Jóvenes se suben a las farolas enarbolando banderas y consignas. Pasa una familia con cinco niños que exhiben carteles denunciando el horror del régimen y exigiendo la disolución del gobierno. No es revuelta, no, ni protesta ni griterío. Es revolución.

En casa, por la noche, bajo el toque de queda, compartimos la casa con Amín, Ainara, Mohammed e Inés. No tenemos ya ni vino ni cerveza, pues en estos días no puede comprarse, pero sí un resto de orujo gallego y unos puros cubanos. Festejamos el día, los días venideros. Inés cuenta que los asaltos de la noche pasada en algunos barrios populares respondían a la tentativa de las milicias negras de interrumpir el abastecimiento de verduras y alimentos en la ciudad. Mohamed, profesor de Bellas Artes y ex militante del Partido del Trabajo Democrático Patriótico, de filiación marxista, enumera todas las iniciativas en marcha destinadas a consolidar un recambio institucional a partir de la ya embrionaria coalición entre la UGTT, los partidos de oposición y los consejos juveniles surgidos en estos días.

- La izquierda escondida, reprimida durante años, ha salido a la luz -dice-. Ha estallado. Y si queda mucho camino por recorrer antes de depurar el aparato del Estado, y muchos peligros que conjurar, hay ya un recambio. Hay una estructura preparada para dar realmente el poder al pueblo.

Inés canta una canción que habla de la hija de la luna, enamorada de un extranjero exiliado que ama su país. Y escuchamos La Estaca de Lluis Llach. Nos emocionamos. Pero nos emocionamos sobre todo viendo un vídeo doméstico rodado estas noches atrás en Jebel Lakhmar, una auténtica “favela” de la periferia de la capital, foco de reyertas y delitos donde hasta hace unos días nadie se atrevía a entrar. En él se ve a decenas y decenas de jóvenes armados con cuchillos y machetes en medio de la noche, tocados con pañuelos blancos, distintivo de los comandos de defensa. Cantan y bailan e interpelan a la cámara: “Mirad, no somos peligrosos, nos amamos; defendemos nuestro barrio y nuestro país. Estamos orgullosos de ser tunecinos”. Allí, como en otros barrios populares de la ciudad, se han invertido los papeles y los jóvenes, en sus retenes de control, han parado a la policía que los paraba siempre a ellos, les han hecho salir del coche, les han pedido los papeles, les han registrado con las manos en alto y luego, con una educación exquisita, les han dejado pasar.

La noche esta noche no cae. Extiende su manto.

13 de enero de 2011

La reforma de las pensiones dificultará aún más la situación laboral de los jóvenes

Segundo González para Diagonal

Los actuales indefinidos trabajarán dos años más mientras la tasa de paro entre los jóvenes asciende al 40%
El Proyecto de Ley de reforma de las pensiones que el gobierno español presentará ante el consejo de ministros el 28 de Enero tendrá una fuerte incidencia en las condiciones laborales de los jóvenes que pretendan incorporarse al mercado laboral. Después de esta reforma, la edad de jubilación pasará de 65 a 67 años paulatinamente a razón de mes y medio por año. Esta medida tendrá un efecto de dilatación del relevo generacional en el mercado laboral que dificultará aún másla posibilidad de acceder a puestos de trabajo a una generación de jóvenes que vive una de las peores situaciones laborales de Europa
A partir de la aprobación de la reforma de las pensiones los actuales trabajadores indefinidos permanecerán dos años más en sus puestos de trabajo a partir de 2027. Esta refirna, que el gobierno ya viene anunciando desde Febrero del año pasado ha sido justificada por el incremento en la esperanza de vida y la transformación en la pirámide poblacional a raíz de la llegada a la edad de jubilación de la generación del baby boom. En este sentido el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha afirmado recientemente durante su intervención en la convención anual de la Asociación de Mercados Financieros que "el sistema de pensiones se va a reformar y se va a tocar la edad de jubilación, que es esencial para la sostenibilidad y la justicia de nuestros hijos".


Flaco favor a la juventud


Sin embargo, los pronósticos hacen pensar es muy probable que esta medida perjudique gravemente a la juventud, un segmento poblacional que ya vive unas condiciones de precariedad y desempleo sin precedentes. Las estadísticas muestran que existe una elevada población activa joven que podría cotizar contribuyendo a equilibrar la balanza del sistema público de pensiones y que no lo está haciendo. Actualmente la tasa de paro entre los menores de 29 años es del 40% según fuentes del Instituto Nacional de Estadística, cifra que representa la mayor tasa de la Unión Europea, cuya media de paro juvenil es del 21,4% para el conjunto de los 27. Además el salario de los jóvenes es un 40% inferior al de los adultos para el mismo tipo de empleo y el índice de temporalidad entre los menores de 24 años llega al 67%, siendo para el total de los asalariados del 25%.


Las leyes de la oferta y la demanda dictan que un aumento de la edad de jubilación ralentizaría la sustitución de los actuales puestos de trabajo afectando a los potenciales entrantes. Según Alberto Montero, profesor de estructura económica de la Universidad de Málaga, el retraso en la edad legal de jubilación “supone un retraso en la salida del mercado de trabajo que, sobre la base de una cantidad de puestos de trabajo constantes, inevitablemente impide la incorporación de nuevos trabajadores.”.


La respuesta en Francia


Cuando hace dos meses en Francia se produjeron las huelgas contra el incremento de las pensiones, la principal crítica que llevó a movilizarse a la mayoría de los estudiantes de liceos y universidades partía de las misma intuición que se señala aquí, pero en todo caso el escenario francés era mucho más alagüeño tanto para los trabajadores como para los estudiantes. En el momento de la aprobación del aumento de la edad mínima de partida a la jubilación en Francia de 60 a 62 años, la tasa de paro general rondaba el 10% y la tasa de paro juvenil alcanzaba el 24% según cifras de Eurostat.


En aquel momento miembros del sindicato SUD y de la organización Attac Francia ya criticaban la situación en un artículo publicado en Le Monde el 29 de Septiembre al afirmar que “el aumento de la edad de jubilación tendrá un efecto inmediato de subida en la tasa de paro”. “De esta manera el gobierno excluye del empleo a aquellos que tienen necesidad de trabajar y fuerza a trabajar a aquellos que quisieran jubilarse”, concluían los sindicalistas en el artículo citado.


El sujeto precario


Ante el panorama desolador del mercado laboral para la juventud en España que muestran las estadísticas sería esperable un clima social de tensión dentro de este colectivo. Sin embargo, raramente se tiene en cuenta a la juventud precaria como un actor social relevante a la hora de tomar este tipo de medidas por parte de los gobiernos. Según Luis Giménez, militante del colectivo universitario Rise Up, “el problema está en la escasa politización de nuestra generación y en su empeño en buscar soluciones individuales a problemas colectivos”. También señala que “el hecho de que la rabia aún no haya explotado en este segmento poblacional está muy determinado por la posibilidad de seguir disfrutando del colchón familiar hasta edades muy avanzadas gracias a los contratos indefinidos de los que disfruta una importante proporción de la generación de nuestros padres”.


Otro factor importante según este estudiante es que “los sindicatos del estado español no tienen en cuenta a la juventud precaria porque ésta no está sindicada dada las características de los empleos a los que puede acceder”. “No obstante, desde los diferentes movimientos sociales en los que estamos involucrados los jóvenes, llevamos años intentando consolidar una conciencia activa por parte de la juventud precaria”, concluye el universitario.


Intereses ocultos


Si entendemos que la ampliación de la edad de jubilación y la reducción de las pensiones no es la única ni la mejor manera de equilibrar la balanza de las pensiones cabe entonces preguntarse cuáles son los posibles intereses ocultos que hay detrás de esta reforma. En este sentido nos encontramos con que el principal think tank español que articula las críticas al actual sistema sea la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), institución financiada por instituciones financieras como BBVA, Banco Santander o La Caixa.


Desiderio Martín del sindicato CGT declaraba para el número 137 de Diagonal que “el objetivo de esta campaña sostenida en contra de la Seguridad Social es trasladar miles de millones de euros a los fondos de pensiones privados. Esto se favorecerá dificultando el acceso y empeorando las condiciones del sistema de reparto público, de modo que muchas personas trabajadoras se planteen acceder a un fondo privado para asegurarse unos ingresos mínimos después de la jubilación”. Otro aspecto importante es la necesidad que tiene el gobierno español de demostrar que está dispuesto a ceñirse a las exigencias de los mercados financieros y de la Unión Europea, que ven con buenos ojos cualquier atisbo de privatización del sistema público de pensiones, según se deduce de lo explicado por Daniel Albarracín, del grupo de estudios de CCOO en el anterior número de Diagonal.




3 de enero de 2011

La universidad-empresa entra en bancarrota

Aumento generalizado de tasas y su financiación con las becas préstamos, recortes en todo tipo de partidas y competencia por fondos privados. Este parece ser el plan de rescate universitario.



En este momento, se producen conflictos estudiantiles ligados a la escasez de recursos públicos en la universidad en lugares tan diferentes como Bulgaria, Grecia, Reino Unido, Italia, Austria o Estados Unidos. En Italia, por ejemplo, en los dos últimos años el Gobierno ha recortado los fondos para Educación en 9 millones de euros y ha eliminado 130.000 puestos de trabajo. Incluso, según Público el decreto ley de Gelmini [la última ley educativa], tiene previsto eliminar el 90% de las becas y golpeará duramente la inversión estatal en investigación. A finales de noviembre era aprobada esta nueva ley y, según la Unión de los Universitarios (UDU), “más de 400.000 estudiantes se han movilizado en toda Italia”.

Desde el estallido de la crisis, se ha visto intensificado el ataque a los servicios públicos. El recorte presupuestario en gasto social se produce a la vez que se “rescata” el sistema financiero de medio mundo. El ya maltrecho Estado del bienestar se ha situado en el centro de la diana. Los sistemas educativos en general, y la universidad en particular, han sido una de las primeras víctimas sobre las que hacer recaer el duro peso de la crisis. En el caso de la universidad europea, el ataque presupuestario a la educación superior se produce en un contexto de aceleración de la reforma para la adaptación de las universidades europeas al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).

La Estrategia Universidad 2015

El modelo de universidad-empresa diseñado al albur del proceso de Bolonia se inspiraba miméticamente en el modelo anglosajón, vendido a los cuatro vientos como paradigma de universidad vinculada “a la sociedad y a las demandas de ésta”. Realmente se vincula a la empresa. La universidad europea debía aspirar a ese modelo de universidad flexible y competitiva, un modelo que, además, se empeñaban en presentar como funcional y eficiente (especialmente en términos económicos). Sin embargo, la propia crisis del sistema universitario estadounidense muestra claramente los límites de ese modelo de universidad basado en la financiación público-privada y en el endeudamiento estudiantil. Un síntoma más de esto, por ejemplo, es la degradación de una universidad tan emblemática como la de Berkeley, en riesgo de quiebra, como contaba en la página web de DIAGONAL Montserrat Galcerán.

En el caso de la educación superior en el Estado español, al proceso de privatización que sufren todas las universidades europeas se le suman los problemas de financiación endémicos que arrastran la mayoría de universidades españolas. Así, el último informe sobre financiación del Consejo de Coordinación Universitaria evaluaba en 3.151 millones de euros la cantidad que debería destinarse al conjunto de las universidades públicas presenciales para equiparar su financiación a la media de la UE.

Este desfase de inversión pública en la Universidad es fácilmente constatable. Por citar sólo tres ejemplos: la Universidad de Sao Paulo, en Brasil, tiene un número de estudiantes similar a la Universidad Complutense de Madrid, pero cuenta con el doble de su presupuesto; la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, es similar en tamaño a la Autónoma de Barcelona y su presupuesto es un 50% mayor; la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, tiene un número de estudiantes similar a la Universidad Carlos III de Madrid y un presupuesto seis veces mayor, según el documento Propuestas para la reforma de la Universidad española de la Fundación Alternativas.

El caso de la Complutense es el más paradigmático, acumula una deuda histórica de casi 150 millones de euros, lo cual tiene repercusiones en las condiciones materiales del día a día en la universidad, según denuncian tanto trabajadores como estudiantes. Sin embargo, no se trata de un caso aislado en el panorama universitario español: la mayoría de universidades se hallan inmersas en conflictos abiertos con los respectivos gobiernos de las Comunidades Autónomas por los recortes en marcha y/o las promesas incumplidas de financiación en los últimos años. La Universidad de Asturias, por ejemplo, acaba de denunciar un recorte de 2,5 millones de euros en los presupuestos autonómicos.

Pero, ¿cómo es el modelo de financiación de las universidades españolas? La partida principal del presupuesto de las universidades públicas son las transferencias de las CC AA, que suponen, en promedio, el 60% del presupuesto total. La segunda partida en importancia son las tasas académicas, que representan alrededor del 15% del presupuesto de las universidades. La cantidad restante procede de las transferencias de capital, especialmente, para actividades de inversión en inmovilizado o investigación y otros ingresos ligados a la actividad investigadora.
La segunda etapa de la aplicación del EEES y la Estrategia Universidad 2015 (EU-2015) se dirige precisamente a reformar este modelo de financiación. De fondo, existe una intensa campaña destinada a tratar de recortar el elevado gasto que supone el actual modelo y el gasto excesivo por estudiante, que el disurso oficial se empeña en presentar como un vago y repetidor recurrente que se aprovecha del sistema.
Competición universitaria

El modelo de financiación expuesto en la EU-2015 es un modelo de carácter mixto; un modelo que prioriza el mecenazgo empresarial, la competición interuniversitaria por la recepción de fondos, la venta y comercialización de patentes, y la obtención de una mayor financiación pública en base a resultados y de mayores fondos privados. Un claro ejemplo de ello es la decisión de la Universidad Pública de Navara (UPNA), el 22 de noviembre, de crear un foro empresarial, que sustituya al propio Consejo Social, con el objetivo de buscar financiación privada para la universidad.

La universidad lleva un largo periodo de adaptación a este sistema de financiación mixto de carácter publico/privado. Y los recortes del gasto público, bajo la excusa de la crisis, han acelerando este proceso. Las universidades atenazadas por la falta de presupuesto, están pasando de la tradicional cooperación entre centros a la competencia por la captación de recursos privados. Una competencia estimulada por las instituciones públicas en una especie de cuadratura del círculo, ya que a más dinero privado recaudado, más dinero público a invertir. Es decir, financiación por objetivos. Una financiación que también se pretende aplicar al estudiantado: un aumento en la asignación de costes por matrícula a (‘los malos’) estudiantes.

A LA BÚSQUEDA DE FINANCIACIÓN PRIVADA

Recortes en Reino Unido

El programa de recorte presupuestario del Gobierno de Cameron en el Reino Unido amenaza con cerrar prestigiosas universidades del país. En total, afecta a 208 instituciones universitarias. La partida presupuestaria actual de 8.300 millones quedará reducida a menos de 5.000 antes de 2014, esto es, un tijeretazo del 43%. Las tasas universitarias, en cambio, se multiplicarán por tres.

El modelo de EE UU

En Estados Unidos dos tercios de los presupuestos de las universidades corresponden a fondos procedentes de empresas y de donaciones particulares. Como consecuencia, más de la mitad de la población universitaria está endeudado con entidades privadas para sufragar sus estudios. Uno de los mayores objetivos de cada universidad es competir por obtener esa financiación, incluida la de ex alumnos.

Situación insostenible

Según revela un estudio actuarial realizado a petición de la Secretaría de Educación Pública (SEP), diez universidades de México pasan por una situación financiera “insostenible”, derivada de la carga que enfrentan por el pago a trabajadores jubilados y pensionados. En un nivel menor, se situarían otras 11 instituciones el déficit de recursos las coloca en condiciones “críticas o muy críticas”.

Más pasos en España

Ante la coyuntura de crisis económica y recorte de los presupuestos públicos, las universidades del Estado español se plantean en el marco de la Estrategia 2015 aumentar la financiación privada, que a día de hoy supone el 10% de su presupuesto total, en base a una mayor explotación comercial privada de la investigación y la competencia entre los centros en relación a sus “resultados”.
¿Quién se doctora?

A finales de octubre los doctorados catalanes se manifestaban por la subida de tasas. Según informa La Vanguardia, quien se disponga doctorarse en las universidades catalanas se ha encontrado este año con el encarecimiento de las tasas obligatorias de tutoría de 105 a 400 euros, una subida del 280%. Si se incluyen las tasas de exámenes, no todos los realizan, el aumento es menor: de 235 a 400 euros.



Publicado por: Diagonal. Joseba Fenández y Miguel Urbán